Leyenda de Estíbaliz
la princesa y Armando el bufón.
En la plaza del pueblo, Armando, un bufón aventurero.
Conocido por sus versos, su magia, sus enredos, la muchedumbre del reino de doña
Arcadia, la reina, aclama a este bufón. Su hija Estíbaliz, allí presente,
deleitada y maravillada por las leyendas de éste, no pierde detalle de la
función. Armando, captando su atención, las cartas que la princesa escribió, no
es más oportuno, que llamarla y ponerla en acción…
Estíbaliz: - Que
queréis que os cuente,
¿aún no os he cansado con mis pobres
letras y mi triste escritura? Seré
en vuestras manos un libro abierto…
Armando: - O
bella dama,
cual escritura no cansa, sino embeleza,
y si vos sois libro de blanca templanza,
en ella escondida la magia,
pues todo lo que en ella se planta,
florece cual vida, que sale solo de agua.
Estíbaliz: - Vos
gentil caballero,
me tenéis el alma en vilo,
por vos yo deliro, por vos yo muero.
Sentir qué, con vuestras manos,
recorrer mi rostro quiero...
Armando: - Una
cosa os diré,
Que no os engañe mi ser,
menester es, que el vocablo use bien,
pero la espada no sé, vos, un caballero merece,
que proteja y halague, mas este bufón,
soñador y endeble, sé bien, que perece.
Estíbaliz: - Vos
sabréis, mi amado caballero,
que cada palabra que os digo, la merecéis.
Con esmero las escribo
porque vos sois el único testigo de ellas leer.
Lo amo en silencio,
¿como late mi corazón por vos...?
Oh, amado mío, Cuanto amor…
Armando: - Bella
dama, no es por desanimar,
vos solo ama la idea que transforma las palabras,
pero con ellas reino no se puede conquistar,
porque son las espadas, caballeros de frías almas,
las que empuñan las ganas de avanzar, de ganar,
y al final las palabras mueren como se muere un volcán...
Estíbaliz: - Podréis
decir lo que queráis
Pero vuestras palabras muestran amor,
nada más. Aunque esta lejanía mi corazón mata,
que cada oscuridad desvelada esté,...
vuestra ausencia mata mi alma...
cruzad la frontera, abriros a mi...
que queréis que os diga,...os quiero, ¡Sí!
Armando: - Esta
distancia... ¿mata o es letanía?,
es amor que ¿aletarga o es ironía?,
es por vos que la quiero conservar intacta
o será que reullo a lo que significa,
queriendo querer sin nada
o refugio en la cueva
de la poesía...
Bella dama de palabras claras o magia efímera....
Estíbaliz: - No
es más verdad,
las estrellas que brillan en el cielo,
que el amor que siento por vos.
Sois mi luz en la noche,
sois mi compañía en la soledad,
sois poeta armado al que quiero conservar.
Vuestras palabras, amado mío,
son el aire que me hace respirar.
Armando: - Me halaga
tanta sinceridad,
viniendo de donde vienen,
una mujer espectacular y unos mejores valores,
siento tener que decir, ¡aclarad!,
esos sentimientos locos que afloran...
Su majestad. Mi alma errante viajera,
la paz nunca conseguirá,
por una mente inquieta,
llena de letras y heridas que he de curar.
Estíbaliz: - ¡Os
amo! mi caballero,
¿que queréis que os aclare más?
porque seguir ocultando sentimientos
que afloran solo al mirar.
Vos sabéis lo que siento...
lo sabéis vos, nada más.
Mis palabras son secretos que vuestros ojos guardarán...
Amado, sabéis ahora lo que siento,
¿mi corazón correspondido está?
No tengáis miedo y decidme la verdad.
No me mintáis...quedará entre nuestras manos,
nuestros ojos, nuestros labios, nada más...
Armando: - Oh
bella dama, dígole la verdad,
que más quisiera saber lo que mi mente me ágora,
fuera de éste, me indaga el conocerla bien
y es menester que el corazon no quiere ceder...
Una ducha fría me dí para aclarar las ideas,
cuando ir detras de las flechas
no aclara sino tortura el ser del poeta,
mas la quiero ahora y después ya no sé,
daño no haré si no la busco entre frases...
Buenas noches bella dama, también lo pasé bien,
por favor que se repita, o bien no descansaré,
a pasar que de otro eres, mi amada,
estas letras si son para usted.
Estíbaliz: -
Decidme que me queréis,
¿qué es lo que vuestras palabras ocultan?,
detrás de cada frase que escribís, lo escondéis,
lo tapáis...pero, ¿por qué?
¿No vale nuestro amor el arriesgar unas palabras?
Decid que me AMAIS y entre vos y yo quedará
muerta nuestra alma.
FIN
Obra realizada con la ayuda de Luz Macarena Pérez Pérez, a la cual le mando un saludo por su colaboración.
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