Un cachorro anda perdido,
sin rumbo por la ciudad,
las luces lo dejan cegado,
ante unas calles sin piedad.
El frío entumece los dedos,
de esas patitas sin formar,
come lo que va encontrando,
ve así su vida de largo pasar.
Una gatita está maullando,
se escucha tras ese cristal,
en alto porque llora soñando,
ya que odia ese lado tribal.
El perrito sube diciendo:
-¿Por qué te quieres largar?
¿Si aquí caliente estas dentro,
y la comida nunca faltará?
La felina tristona contestó:
-Aparentemente sin ansiedad,
comida y con buen calefactor,
¿Crees que eso es felicidad?
-¡Pero yo no tengo!, sorprendido
dijo el cachorro, la calle húmeda,
comida fría y dormir desamparado,
es lo que allá afuera te esperará.
-¡Verdades Dices! perro lindo,
algo que no te pueden quitar,
la vida dura y sin duda con miedo,
pero te olvidas de algo…!Libertad!
El cachorro se quedó pensando,
palabras de gata, y sinceridad,
cuenta se dio, dueño de su destino,
vio la vida con más tranquilidad.
Lo demás, espera que va llegando,
con paciencia tiene que aguantar,
más dificultad más vas soportando,
mayor será la recompensa final.
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